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Así podría haber sido Central Park

Central Park podría tener un aspecto muy diferente del que tiene hoy día y que todos tenemos grabado a fuego en nuestra memoria. Corrían los primeros años del siglo XIX cuando la ciudad de Nueva York se vio ante la necesidad de espacios verdes, pues en tan solo 30 años (de 1821 a 1855) su población se había cuadruplicado. En 1853 la entonces Legislatura del Estado de Nueva York propuso la creación de un parque público entre las calles 59 y 110 de una área de 2,8 km². Este proyecto, que tendría un presupuesto de 5 millones de dólares, salió a concurso en 1857 con unas bases muy claras: tenía que incluir un espacio para desfiles, una fuente, una torre de vigilancia, una pista de patinaje, cuatro cruces de calles y un espacio para una sala de exposiciones.

De las 33 propuestas presentadas, ganó el diseño Greensward Plan, creado por el paisajista Frederick Law Olmsted y el arquitecto inglés Calvert Vaux. Las otras 32 nunca vieron la luz hasta ahora. Las webs NeoMam Studios y Budget Direct han publicado un conjunto de imágenes según el proyecto presentado por el ingeniero de parques John J. Rink.

Proyecto presentado por John J. Rink

El proyecto de Rink ofrecía un parque repleto de figuras geométricas y dividido en espacios simétricos que se elevaban o hundían según la topografía del terreno. Tal es así, que los diseños realizados por John J. Rink en acuarela fueron llamados “fantasía de arte popular en Versalles” por sus semejanzas con los jardines del palacio francés. Esta inspiración también quedó reflejada en la simetría de los elementos y en el juego de reflejos del agua. Ejemplo de ello es el gran embalse y el depósito de agua Cronton, junto a los que proyectó el único espacio abierto del parque: un espacio para desfiles.

Otro de los elementos que incluyó Rink en su proyecto fue un museo de dos alas casi tan grande como el actual MET en sus extremos sur y este. Además, caminos, puertas y otros elementos llevarían el nombre de presidentes y figuras relevantes de los Estados Unidos.

Lo cierto es que hay quien opina que el diseño actual es más moderno y acorde con las necesidades de una ciudad con una población desmesurada en cuanto a espacio se refiere, pues es un lugar donde los neoyorquinos pasean, descansan y hacen ejercicio como si estuvieran, casi, en campo abierto.