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Desenterrado en China un ejército de terracota en miniatura

Los arqueólogos han dado con un ejército de figuras de terracota en miniatura, similar al de los conocidos guerreros de terracota de Xian, aunque de un tamaño considerablemente menor. El hallazgo tuvo lugar en 2007 mientras excavaban cuatro tumbas de la dinastía Han (206 a. C.- 220 d.C) en el pueblo de Shanwang, cerca de Zibo, una ciudad situada a unos 110 kilómetros de la Ciudad de Jinan, en el distrito de Shandong, en el este de China. Los resultados, de la exploración arqueológica han sido desvelados recientemente por la publicación especializada China Cultural Relics.

Las excavaciones de las tumbas sacaron a la luz una fosa con centenares de piezas en buen estado de conservación que representan las distintas figuras de un ejército en formación, incluyendo carruajes perfectamente equipados, caballerías, figuras de infantería e incluso músicos, un elenco similar al desenterrado en Xian, en la tumba del primer emperador de China, pero en miniatura.

Según los arqueólogos, las figuras datan de hace unos 2.100 años, un período comprendido entre mediados y finales de la dinastía Han Occidental, que gobernó China entre los años 202 a. C y 8 de nuestra era. En concreto, los expertos creen que la fosa habría sido construida aproximadamente un siglo después del ejército de terracota de Qin Shi Huang.

En la parte sur del foso se han encontrado piezas de caballería, carruajes y torres de vigilancia de unos 140 centímetros de altura, además de una extensa formación de figuras de infantería.

La caballería está formada por 49 figuras, entre caballos y carruajes, divididas en seis filas y dispuestas en la parte anterior, posterior y laterales de las piezas de infantería.


En una segunda sección han encontrado dos carros tirados por bueyes, detrás de una formación de hasta 300 soldados, cada uno de los cuales está ataviado con una armadura y una chaqueta estrecha con un punto blanco pintado en la parte superior.


La parte norte se encuentra un pabellón teatral con pequeñas esculturas de músicos, además de habitaciones, un granero, una cocina, dos pocilgas, una granja de cabras, un pozo y otras dependencias hechas de cerámica, seguido de una procesión de carros y caballos. Partiendo de la datación del foso, los arqueólogos dedujeron que este se emplazaba cerca de Linzi, la capital del principado Qi de la dinastía Han.

Basándose en la escala y las características del yacimiento, dedujeron que su propietaria debía de ser “alguien con un estatus relativamente alto, un miembro de la aristocracia Qi, o un oficial de alto rango capaz de ganar más de 2.000 fanegas de grano”, detalla el equipo en un artículo publicado en la revista Chinese Cultural Relics.


Siguiendo las referencias de las Memorias Históricas de Sima Qian, los arqueólogos creen que la tumba probablemente pertenecía a Liu Hong, un príncipe de Qi, hijo del emperador Wu (141-87 a.C.), que gobernaba la región que hoy pertenece a la ciudad de Linzi. En efecto, según los relatos del famoso historiador chino, “[Liu]Hong era muy joven y no tenía herederos cuando le fue otorgado el título. Lamentablemente, murió muy pronto, con lo que su principado acabó siendo degradado”.

Sin embargo, si el pozo y el ejército de cerámica estaban destinados a proteger a Liu Hong o algún otro miembro de la familia real en el Más Allá debería ubicarse cerca de alguna tumba. Esta hipótesis hizo pensar a los arqueólogos en que probablemente existiría un sepulcro en las cercanías, una posibilidad nada descabellada, atendiendo a los testimonios de los vecinos de la zona, quienes aseguraban que habían visto un promontorio de unos 4 metros de altura cerca de la fosa, una información corroborada por una imagen de 1938 tomada por las fuerzas aéreas japonesas, que muestra lo que parece ser un túmulo situado junto a un ferrocarril.

Las fosas del famoso ejército de terracota enterrado junto a la tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huang , es el único ejemplo encontrado hasta la fecha de figuras a tamaño natural. Poco después de su muerte, la dinastía Qin se derrumbó, dando lugar a otra (dinastía Han) que gobernó el país hasta bien entrado siglo III. Algunos de los gobernantes de esta dinastía siguieron construyendo fosas con ejércitos de soldados de terracota, pero estos eran considerablemente más pequeños que los del primer emperador.

Por ejemplo, la tumba del emperador Jing Di (156-141 a.C), en la antigua ciudad de Xianyang, actual Xian, en cuyo foso fueron encontradas más de 5.000 figuras de terracota que reflejaban la vida cotidiana en la corte. Por ello la investigación de figuras como las encontradas en Zibo podría arrojaría nueva luz sobre estos hábitos funerarios.