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Dos pandas en cautividad aprovechan el confinamiento para aparearse por primera vez

Era principios de abril, y las cámaras del parque zoológico Ocean Park de Hong Kong recogían unas imágenes insólitas: los pandas Ying Ying y Le Le, de 14 años de edad, se estaban apareando. Era la primera vez que los responsables del parque documentaban este comportamiento en una década de intentos fallidos.

Desde finales de marzo, comentan los responsables de la instalación, Ying Ying comenzó a pasar más tiempo jugando en el agua, mientras que Le Le empezó a abandonar las zonas impregnadas con sus marcas olfativas se mostraba más receptivo con su compañera, unos comportamientos compatibles con los que estas criaturas tienen durante la temporada de reproducción, que ocurre una vez al año, entre los meses de marzo y mayo.

Los veterinarios del parque, que controlan los comportamientos de los pandas, consideraron que habían llegado al pico de la época de celos, y, con ello, de las posibilidades de un apareamiento natural, cosa que finalmente se produjo para sorpresa de todos. “Los pandas gigantes machos y hembras son sexualmente maduros a partir de los siete y cinco años respectivamente, cuenta a National Geographic España Hellen Yeung, miembro del equipo de dirección de Ocean Park.

Desde la llegada de Ying Yingy Le Le a Hong Kong en 2007 los responsables del parque habían llevado a cabo numerosos intentos de apareamiento artificial desde el año 2010, aunque ninguno de ellos tuvo éxito.

"El pico del período de celo de la hembra de panda gigante se produce entre 24 a 48 horas. Desde el año 2010 hemos venido aprovechando este momento crucial para inseminar a Ying Ying con el esperma de Le Le con el fin de aumentar sus probabilidades de embarazo, pero en ningún caso hubo éxito.

Ejercicios para potenciar el deseo sexual

Por ese motivo, los responsables del parque decidieron complementar el programa de inseminación artificial con una serie de ejercicios destinados a potenciar el deseo sexual entre los pretendientes con la esperanza de que en algún momento tuvieran a bien de dedicarse al noble arte de la cópula. "Nuestro dedicado equipo de veterinarios y expertos en cría en cautividad habían entrenado a Le Le en el fortalecimiento de los músculos de las extremidades posteriores, habían intercambiado a los especímenes para estimular sus sentido olfativo e incluso se habían turnado para observar el comportamiento y recoger muestras de orina para el estudio hormonal, pero la reproducción natural nunca tuvo éxito", explica Yeung.

"Para los pandas gigantes, el apareamiento es un proceso de aprendizaje que dura años"

¿Es posible que la especie se haya animado debido a la calma que le ofrece un parque en silencio a causa del confinamiento? "Durante más de diez años el parque cerraba temporalmente al público su atracción de pandas gigante para fomentar las posibilidades de apareamiento. Yeung apunta que Ying Ying participó hace cinco años en un programa de reproducción en China continental, donde se emparejó con éxito con otro macho experimentado. "Desde entonces se ha vuelto más proactiva a la hora de guiar al inexperto Le Le a las posiciones correctas de apareamiento, mientras este ha ido mostrando poco a poco sus progresos. Para los pandas gigantes, el apareamiento es un proceso de aprendizaje que dura años", sentencia.

Posible embarazo en junio

Los responsables del parque seguirán monitoreando de cerca los niveles hormonales de Ying Ying y los cambios de comportamiento y actualizará públicamente los avances a medida que la información esté disponible. Según explican, las fluctuaciones hormonales y los cambios en el comportamiento pueden empezar a manifestarse ya a principios del mes de junio. El período de gestación para los pandas gigantes oscila entre 72 y 324 días, aunque primero habrá que confirmar el embarazo, algo que solo puede realizarse con una ecografía entre los 14 y 17 días antes del nacimiento, explican desde Ocean Park. Esperamos que para entonces tengamos buenas noticias.

Difícil reproducción

Los pandas gigantes están considerados como especie “vulnerable” por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, por lo que los programas de cría en cautividad se centran sobre todo en promover los apareamientos para garantizar el nacimiento de nuevas camadas. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, la tasa reproductiva de la especie es de una cría cada dos años en estado salvaje, un número nada halagüeño si consideramos que los encuentros entre dos especímenes de distinto sexo pueden darse con muy poca frecuencia, habida cuenta que se trata de una especie solitaria.

Además, tal y como apunta Hellen Yeung, "las oportunidades de apareamiento son limitadas, pues solo se puede aprovechar la ventana de oportunidad del pico del período de celo de las hembras, que suele durar entre 24 y 48 horas", lo que reduce al mínimo las posibilidades de apareamiento, incluso en especies en cautividad, que presentan índices de reproducción mucho más bajos. Ello prueba, explica la responsable del parque, que, a pesar de que en los últimos 9 años Ying Ying y Le Le hayan tenido acercamientos y algunos intentos de cópula, hasta ahora no se haya podido consumar tamaño 'affair de coeur'. Por todo ello, esperamos que Ying Ying y Le Le nos den buenas noticias a principios de verano. No solo para su familia, sino también para el futuro de toda la especie.