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El tanque alemán ‘Mephisto’ fue capturado hace 100 años por el ejército australiano

El domingo 22 de julio, el Museo de Queensland (en Brisbane, Australia) celebró los 100 años transcurridos desde la noche del 22 al 23 de julio de 1918, a finales de la Primera Guerra Mundial, cuando unos soldados del Batallón 26 de la Fuerza Imperial Australiana, junto con personal militar y dos tanques británicos, recuperaron exitosamente el carro de combate Mephisto, que había sido utilizado por el Ejército Imperial Alemán, quedando inmovilizado el 24 de abril de 1918 cerca de Villers-Bretonneux, en el norte de Francia, tras caer accidentalmente en un hueco dejado por una bomba en el campo de batalla.

El Sturmpanzerwagen o vehículo de asalto blindado A7V fue el único tanque producido en serie por Alemania durante la Primera Guerra Mundial: sólo se fabricaron 20 y el A7V 506 Mephisto es el único que ha sobrevivido hasta hoy; los otros fueron destruidos o desguazados. Los australianos se lo llevaron a su país y desde 1919 ha permanecido expuesto en el Museo de Queensland como una reliquia de la guerra, "uno de los objetos bélicos más significativos de Australia", según dicho museo, que ha presentado un nuevo libro ilustrado sobre el tema, titulado Mephisto: Technology, War and Remembrance, escrito por Greg Czechura y Jeff Hopkins-Weise. National Geographic España ha hablado con ambos autores.

"El conductor y el comandante iban sentados en la cúpula por encima de los motores paralelos Daimler, por lo que tenían una visión delantera deficiente: un tanque fue dirigido accidentalmente hacia el estanque de un pueblo y otros volcaron o cayeron en hoyos. Entre las características positivas hay que destacar que eran resistentes y podían absorber ciertos impactos, tenían un armamento pesado y, en el terreno adecuado, eran más rápidos que los tanques pesados de los Aliados", comenta Czechura.

"Cuando eran utilizados en un terreno firme y llano eran formidables, como demostraron en Saint-Quentin, en Villers-Bretonneux y en Iwuy", añade. El A7V 506 sirvió en la Abteilung 1 (Destacamento 1) sin nombre alguno, únicamente con la insignia de la unidad militar en la parte delantera: la calavera y las dos tibias cruzadas. El 21 de marzo de 1918, durante la batalla de Saint-Quentin, tampoco tenía nombre. "Después de Saint-Quentin, el vehículo fue revisado y transferido a la Abteilung 3. Fue nombrado Mephisto y se le realizó un trabajo artístico: el demonio Mefistófeles, del folclore alemán, corriendo con un tanque británico bajo el brazo. El carro de combate A7V recibió nombre femeninos (501 Gretchen), de la familia imperial (543 König Wilhelm) o folclóricos (563 Wotan)", destaca Czechura. "De buena gana me daría ahora al diablo, si diablo no fuese yo mismo", expresa Mefistófeles en el Fausto de Goethe.

"Los A7V eran formidables en terreno firme y llano", dice Greg Czechura

El 24 de abril de 1918, el Mephisto quedó inmovilizado en el campo de batalla. La tripulación salió del tanque y, actuó según lo previsto, retirando el armamento, por ejemplo las ametralladoras MG 08 y las propias armas de los tripulantes. Días después, los alemanes no pudieron recuperar el tanque y los australianos se lo llevaron como botín de guerra. "La noche de la operación, del 22 al 23 de julio de 1918, el ruido de fondo de los disparos de artillería y del sobrevuelo de aviones consiguió ocultar el trabajo de los tanques británicos. Por coincidencia, los alemanes efectuaron un bombardeo de gas muy fuerte en la zona de Villers-Bretonneux. Todo se convirtió en una noche oscura sin luna, con gran confusión y varias víctimas de las tropas aliadas. Aunque participaron dos tanques británicos arrastrando al Mephisto del campo de batalla, con uno resultó suficiente", explica Hopkins-Weise.

La noche del 22 al 23 de julio de 1918, los alemanes efectuaron un ataque de gas muy fuerte

El Mehpisto fue trasladado por vía férrea hasta Merlimont, en la costa norte de Francia, embarcado desde Dunkerque hasta Londres, y desde Tilbury hasta Brisbane, en Australia, donde llegó en junio de 1919. "Ha estado en el exterior del Museo de Queensland en Fortitude Valley durante 60 años, convirtiéndose en un icono. Antes, la gente podía tocarlo e incluso subirse encima; todo esto ha dejado unos recuerdos perdurables y poderosos, además de un sentido de pertenencia entre la comunidad veterana y entre el público en general", asegura Czechura.

El Mephisto será exhibido en una nueva galería, como pieza central del Museo de Queensland, a partir de noviembre de 2018.