La gacela de Mhorr (Nanger dama mhorr) fue una de las grandes especies damnificadas con el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. La llegada de vehículos todoterreno y armas al desierto del Sahara y Arabia afectó muy negativamente a las poblaciones de gacelas y antílopes. Y precisamente las gacelas mhorr, al igual que el óryx de Arabia, se extinguieron en la naturaleza debido a la caza indiscriminada por parte del hombre.
Sin embargo sí hubo quien se dio cuenta de la importancia de la preservación de la biodiversidad del planeta. Gracias al empeño del profesor José Antonio Valverde, quién trasladó algunos ejemplares desde el antiguo Sahara Español hasta un centro de reproducción creado en Almería para albergar esta y otras especies saharianas. Valverde consiguió el apoyo del ejército español para evacuar por avión las últimas gacelas mohrr del Sahara en 1975, durante la ocupación marroquí del Sahara Occidental en la denominada “Marcha Verde”.
Los 11 ejemplares rescatados por el profesor se alojaron en el Centro de Rescate de Fauna Sahariana (CRFS), en Almería, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Por aquel entonces era todo una incógnita por descubrir. Su capacidad de supervivencia, su reproducción, su docilidad... Poco se sabía entonces acerca de la biología y el manejo de esta especie. Sin embargo un grupo de obsesionados investigadores consiguieron estudiar las gacelas a fondo e iniciar su reproducción en cautividad.
Actualmente se encuentra en Peligro Crítico según la Lista Roja de la UICN, y existen algunos ejemplares en libertad gracias a la reintroducción por parte del ser humano a partir de su cría en cautividad.
Nacimiento en cautividad
Ahora, en Bioparc Valencia, acaba de nacer el décimo ejemplar de esta especie en cautividad en el centro. Como explican desde el propio centro en un comunicado, la última cría es hija de Sissy que llegó en 2014 procedente del Rotterdam Zoo, (Holanda) y del macho reproductor que fue trasladado en 2015 desde el Zoo Aquarium de Madrid.
El grupo reproductor, compuesto por un macho y tres hembras adultas, está incluido en el programa EEP de conservación internacional de la especie. "Cada año se producen varios nacimientos que, al ir llegando a la edad adulta, son trasladados a otras instituciones zoológicas con el objetivo de proseguir con el importante proyecto de recuperación de esta emblemática especie" apuntan desde BIOPARC Valencia.
