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Glampling: lujo en medio de la naturaleza

Todas las comodidades de un hotel de lujo en los lugares más remotos del mundo. Esto es el glampling, un tipo de alojamiento que cada vez toma más fuerza pero que no es nuevo. El término, que une las palabras “glamour” y “camping”, fue acuñado a finales del siglo XIX por algunos de los grandes exploradores de la época como Gordon Laing, Verney Cameron o David Livingstone. Fueron ellos quienes, gracias a sus viajes y exploraciones, abrieron una nueva forma de turismo hacia el continente africano, cuyo vasto territorio era desconocido por los europeos hasta entonces.

Historia del glampling

Pero ni siquiera en aquel entonces el glamping era nuevo, tan solo recibió un nombre. La acción de viajar sin renunciar al lujo es una costumbre que se remonta a los viajes que realizaban reyes y nobles allá por la Edad Media, cuando se transportaba todo tipo de objetos para que las tiendas de campaña en las que se alojaban fueran lo más cómoda y lujosa posible. Tanto es así que en la época de Gengis Kan (siglo XII-XIII) las lujosas tiendas se conocían como “palacios móviles” y en ocasiones llegaban a incluir hasta mezquitas.

Actualmente, el término está tomando cada vez más fuerza y se está extendiendo al común de los mortales. Ya no es necesarios pasar meses viajando para llegar a un destino, en avión nos lleva unas pocas horas, pero es verdad que sigue habiendo algunos lugares de la Tierra en los que alojarse bajo una lona es la única opción. Son esos lugares donde sólo llegaban los más valientes en el siglo XIX pero que el desarrollo de las comunicaciones y los medios de transporte han hecho que todos podamos llegar hoy en día: reservas naturales, exóticas playas o lo más alto de una montaña.

Así, actualmente el término glampling hace referencia a aquellos alojamientos que cuentan con todo lujo de detalles, cuya equipación se puede comparar con un hotel cinco estrellas, pero que no tiene paredes ni techo, tan solo gruesas lonas (o finos materiales sostenibles) que protegen al huésped del exterior. Estas modernas tiendas de campañas suelen estar ubicadas en paraísos sobre la Tierra y no les falta detalle: baños completos, cama king size, mesillas, mesas y butacas e, incluso, hay algunas que cuentan con chimeneas portátiles o terrazas privadas en las que disfrutar el ambiente que los rodea.

Tipos de glampling

Tanto el término glamping como la actividad a la que hace referencia ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Y aunque la actividad surgió allá por el siglo XII en forma de pequeños palacios de paredes de lona, actualmente hay varios tipos de glampling que varían en función de su ubicación. Así, el principal y el que es, probablemente, el más conocido, es la tienda de campaña en sus múltiples variedades – tienda de safari, bell tent, pabellones…- pero también se conocen como glampling otros tipos de alojamientos: caravanas, eco lodge, yurta, casas en árbol, iglús o tipis.

Lo cierto es que ya no todos son desmontables, de hecho, actualmente casi ninguna lo es, sino que estos alojamientos permanecen en el tiempo, aunque si se desmontaran, no dejarían rastro de su presencia. Y esta es la clave del glamping que todos los alojamientos pueden ser efímeros, o no.

Beneficios

Las principales ventajas de este tipo de alojamiento son ecológicas, pues no se levantan edificios de ladrillo y hormigón sino que se utilizan materiales orgánicos como la madera, paja o elementos textiles. Además, suelen utilizar energías renovables y el reciclaje es su forma de vida, por lo que el impacto medioambiental suele ser realmente bajo.

Otra de las ventajas de los glampling es su ubicación, pues están en lugares donde la construcción es sencillamente impensable, no sólo por el coste sino por el impacto medioambiental. Así, se encuentran en lugares como la sabana africana, en medio de bosques tropicales o en lo alto de una montaña.

Glampling: lujo en medio de la naturaleza

Todas las comodidades de un hotel de lujo en los lugares más remotos del mundo. Esto es el glampling, un tipo de alojamiento que cada vez toma más fuerza pero que no es nuevo. El término, que une las palabras “glamour” y “camping”, fue acuñado a finales del siglo XIX por algunos de los grandes exploradores de la época como Gordon Laing, Verney Cameron o David Livingstone. Fueron ellos quienes, gracias a sus viajes y exploraciones, abrieron una nueva forma de turismo hacia el continente africano, cuyo vasto territorio era desconocido por los europeos hasta entonces.

Historia del glampling

Pero ni siquiera en aquel entonces el glamping era nuevo, tan solo recibió un nombre. La acción de viajar sin renunciar al lujo es una costumbre que se remonta a los viajes que realizaban reyes y nobles allá por la Edad Media, cuando se transportaba todo tipo de objetos para que las tiendas de campaña en las que se alojaban fueran lo más cómoda y lujosa posible. Tanto es así que en la época de Gengis Kan (siglo XII-XIII) las lujosas tiendas se conocían como “palacios móviles” y en ocasiones llegaban a incluir hasta mezquitas.

Actualmente, el término está tomando cada vez más fuerza y se está extendiendo al común de los mortales. Ya no es necesarios pasar meses viajando para llegar a un destino, en avión nos lleva unas pocas horas, pero es verdad que sigue habiendo algunos lugares de la Tierra en los que alojarse bajo una lona es la única opción. Son esos lugares donde sólo llegaban los más valientes en el siglo XIX pero que el desarrollo de las comunicaciones y los medios de transporte han hecho que todos podamos llegar hoy en día: reservas naturales, exóticas playas o lo más alto de una montaña.

Así, actualmente el término glampling hace referencia a aquellos alojamientos que cuentan con todo lujo de detalles, cuya equipación se puede comparar con un hotel cinco estrellas, pero que no tiene paredes ni techo, tan solo gruesas lonas (o finos materiales sostenibles) que protegen al huésped del exterior. Estas modernas tiendas de campañas suelen estar ubicadas en paraísos sobre la Tierra y no les falta detalle: baños completos, cama king size, mesillas, mesas y butacas e, incluso, hay algunas que cuentan con chimeneas portátiles o terrazas privadas en las que disfrutar el ambiente que los rodea.

Tipos de glampling

Tanto el término glamping como la actividad a la que hace referencia ha ido evolucionando a lo largo de la historia. Y aunque la actividad surgió allá por el siglo XII en forma de pequeños palacios de paredes de lona, actualmente hay varios tipos de glampling que varían en función de su ubicación. Así, el principal y el que es, probablemente, el más conocido, es la tienda de campaña en sus múltiples variedades – tienda de safari, bell tent, pabellones…- pero también se conocen como glampling otros tipos de alojamientos: caravanas, eco lodge, yurta, casas en árbol, iglús o tipis.

Lo cierto es que ya no todos son desmontables, de hecho, actualmente casi ninguna lo es, sino que estos alojamientos permanecen en el tiempo, aunque si se desmontaran, no dejarían rastro de su presencia. Y esta es la clave del glamping que todos los alojamientos pueden ser efímeros, o no.

Beneficios

Las principales ventajas de este tipo de alojamiento son ecológicas, pues no se levantan edificios de ladrillo y hormigón sino que se utilizan materiales orgánicos como la madera, paja o elementos textiles. Además, suelen utilizar energías renovables y el reciclaje es su forma de vida, por lo que el impacto medioambiental suele ser realmente bajo.

Otra de las ventajas de los glampling es su ubicación, pues están en lugares donde la construcción es sencillamente impensable, no sólo por el coste sino por el impacto medioambiental. Así, se encuentran en lugares como la sabana africana, en medio de bosques tropicales o en lo alto de una montaña.