La ausencia de vallas protectoras ante el abismo no amedrenta a los turistas y visitantes –cerca de 200.000 al año– que completan un recorrido de dos horas para subir hasta el Preikestolen, o la Roca del Púlpito. Esta plataforma de granito de la región de Ryfylke, al nordeste de Stavanger, Noruega, se asoma algo más de 600 metros sobre las aguas del Lysefjord.