El calentamiento global está afectando el ciclo reproductivo y la vida de muchas aves y mamíferos. Los investigadores, de la University College London y la Sociedad Zoológica de Londres, indican que la velocidad a la que el clima se está calentando se está viendo relacionada con la disminución de la población de distintas especies.
En Europa una gran parte de aves autóctonas emprenden año con año su migración en invierno hacia el norte de África en busca de fuentes de alimento, ya que el motivo de su viaje no es el frío invernal, sino la escasez de comida. El gran problema es que el cambio climático está cambiando todo.
Las migraciones de distintas aves se están viendo afectadas por el calentamiento global.

Las aves que siguen migrando han cambiado sus rutas de vuelo, eligiendo viajes más cortos.
Algunas especies ya no migran desde hace décadas y se han vuelto sedentarias. Un gran ejemplo es la cigüeña blanca (Ciconia ciconia). Por otro lado, las aves como la aguja colinegra (Limosa limosa) y el ánsar piquicorto (Anser brachyrhynchus) han disminuido su número de ejemplares considerablemente. Todos estas alteraciones convierten a estos animales en indicadores directos del cambio climático.

Las aves viven cada vez más alejadas de sus áreas climáticas óptimas.
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