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Los incendios de Australia en números

Australia es uno de los países más secos y cálidos del mundo. Sus desiertos combinados, en los que nunca nieva, suman más de 2,3 millones de kilómetros cuadrados y cubren cerca de un 44 % del continente. Las temperaturas por lo general cálidas, en verano oscilan entre los 32 y los 40ºC y en invierno no suelen descender de la franja de los 18 y los 23ºC. Si a todo ello añadimos un régimen de lluvias muy escaso, del orden de los 200-250 milímetros al año, un régimen de vientos abundantes y una vegetación en la que predominan arbustos y pastizales, tenemos delante la receta perfecta para la formación de los monstruosos incendios forestales que periódicamente acontecen en el país.

La escalada de los incendios que están teniendo lugar en el continente desde el pasado mes de septiembre es la más grave jamás registrada

Australia es, de hecho, históricamente un país de incendios. Sin embargo, en los últimos años, las más que habituales sequías y olas de calor características del país, se han visto cada vez más acentuadas por el cambio climático, lo que está provocando, según las estimaciones, que la escalada de incendios que están teniendo lugar en el continente desde el pasado mes de septiembre sea la más grave jamás registrada.

Los datos detrás los incendios que están devastando el continente así lo confirman. Algunas partes del país, incluidas las áreas que ahora están en llamas, vienen de padecer los 34 meses más secos desde que comenzaron los registros. De hecho el mes de octubre de 2019 fue el octubre más seco registrado en el sur de Australia, y el mes de enero de 2019 el mes más caluroso jamás registrado en el país.

Ya hablando de temperaturas, el año 2019 fue el más caluroso registrado en Australia con una temperatura media que alcanzó los 1,52 ° C por encima del promedio a largo plazo, siendo el miércoles 18 de diciembre del mismo año, el día más caluroso jamás registrado en el continente, con una temperatura máxima promedio de 41.9 °C, superando el récord anterior en 1 ° C que se había establecido solo 24 horas antes.

Histórico de la variabilidad de la temperatura media anual en Australia (1910-2019)

La precipitación en Australia es muy variable y está fuertemente influenciada por fenómenos del El Niño, La Niña y el Dipolo del Océano Índico. A pesar de esta gran variabilidad natural, las tendencias a la baja a largo plazo son evidentes en algunas regiones. Por ejemplo, las precipitaciones durante este invierno han estado por debajo de la mitad de los niveles medios en algunas áreas durante los últimos tres años.

Histórico de lluvias en Australia Oriental durante el mes de octubre (1900-2019)

Como decíamos en líneas anteriores, todo esto ha desembocado en que Australia este padeciendo la temporada de incendios más grave desde que se tienen registros. Las llamas, las cuales se desplazan a una velocidad media de 11 kilómetros por hora en zonas de bosque, y de 22 kilómetros por hora en zonas de pasto, ya han arrasado matorrales, zonas boscosas y afectado a algunos parques nacionales emblemáticos como las Montañas Azules. Algunas de las ciudades más grandes de Australia también se han visto afectadas, incluidas Melbourne y Sydney, donde los incendios han afectado a muchos hogares del extraradio y gruesas columnas de humo han cubierto varios centros urbanos.

El fuego en el continente ya ha arrasado una superficie de cerca de 52.400 kilómetros cuadrados, el equivalente al territorio de las provincias de Cáceres, Badajoz y Salamanca. Los fallecidos ya se cuentan por decenas, siendo 27 personas las que han perdido la vida; y los desplazados en millares de personas, muchas de las cuales han perdido sus casas. Sin embargo, tal y como publica la Universidad de Sydney, la peor parte se la está llevando la fauna. En un comunicado de la propia universidad, Chris Dickman, de la facultad de ciencias de la misma, estima en 1000 millones de animales los fallecidos a causa de la catástrofe.

El fuego en el continente ya ha arrasado una superficie de cerca de 52.400 km2, el equivalente al territorio de las provincias de Cáceres, Badajoz y Salamanca

El humo de los incendios también se ha convertido ya en un gran peligro. Por ejemplo Camberra, la capital de país, ha sido testigo del peor evento de contaminación por humo de su historia, pasando a ser clasificada el pasado 3 de enero como la tercera de las ciudades principales del mundo con peor calidad del aire alcanzando y en varias ocasiones niveles de contaminación que han obligado a establecer el nivel de alarma. De hecho los efectos de la pluma de humo generada en los incendios ya se ha dejado sentir y ver a más de 10.000 kilómetros de distancia, en zonas como Chile y Argentina.

Los fuegos ya han generado también más de 400 megatoneladas de CO2, superando las 392 que se liberaron a la atmósfera durante los incendios que tuvieron lugar en la selva amazónica durante el 2019.

Y todas estas consecuencias son solo un presagio de lo que vendrá, pues hemos de tener en cuenta que la temporada de incendios no ha hecho más que comenzar en el continente, en el que el verano empieza el 1 de diciembre y acaba el 1 de marzo.