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Espectaculares océanos vistos desde el espacio

Los océanos regulan la temperatura de todo el planeta, nos proveen de una parte importante del oxígeno que respiramos, actúan como sumidero de carbono y contienen más del 90% de toda el agua del planeta. Toda forma de vida de la Tierra, incluida la nuestra, depende de estas enormes masas de agua a las que no siempre dedicamos la atención merecida, y cuya protección es vital para nuestra supervivencia.

Esta instantánea, desarrollada por el Centro Espacial Goddard de la agencia espacial, captura el movimiento de decenas de miles de corrientes oceánicas, lo que permite a los científicos visualizar de una forma clara y precisa cómo se mueven las grandes masas de agua del océano. En esta instantánea se muestra la velocidad de las corrientes superficiales en la Corriente Circumpolar Antártica, al sur del océano Índico. Los datos obtenidos por este proyecto se emplean para estudiar el papel de los océanos en el ciclo del carbono y ahondar sobre los las consecuencias que el cambio climático tiene en la salud de sus ecosistemas.

Olas internas y mareas intensas

El 1 de noviembre de 2016 el satélite Aqua de la NASA sobrevolaba las aguas de Indonesia, donde captó imágenes espectaculares de los los paisajes oceánicos del archipiélago. El Espectrorradiómetro de imágenes de media resolución (MODIS,por sus siglas en inglés), ottuvo esta fotografía en color real en la que se aprecian las olas en el estrecho de  Lombok. En la imagen puede apreciarse cómo un banco de nubes cubre parte de la provincia de Java Oriental, en la parte izquierda de la composición, con un sol brillante que proyecta las sombras de las nubes en el mar. 

En esta curiosa imagen del estrecho de Lombok, en Indonesia, la superficie del océano aparece de un color plateado debido al efecto óptico causado por el reflejo de la luz solar en el sensor del satélite. Aun así, las imágenes del MODIS permiten apreciar algunos detalles normalmente ocultos a la vista, como las olas creadas por las corrientes marinas.

Estas olas internas son excepcionales y están formadas por el movimiento de las masas de agua bajo las distintas capas oceánicas, un acontecimiento que sucede, por ejemplo, cuando el flujo de una marea discurre por una zona irregular del lecho marino o se topa con crestas u otros obstáculos. El estrecho de Lombok, un paso angosto situado entre las islas de Bali, al oeste y de Lombok, al este, permite la entrada de corrientes oceánicas desde el océano Pacífico hasta el Índico. Allí, el fondo marino es irregular, y consta de dos canales principales de distinta profundidad. Debido a la acción de las corrientes y al intercambio de agua entre las distintas capas oceánicas, la zona es muy susceptible a la formación de mareas intensas, que a su vez dan lugar a olas como las que aparecen en la imagen.

El agua del océano no es estática, sino que está en continuo movimiento debido a la la acción combinada del viento y las mareas provocadas por la conjugación de la acción gravitatoria de la Tierra, el Sol y la Luna. Por otro lado, las corrientes actúan como una 'cinta transportadora' mundial que conduce energía (calor), materia orgánica y organismos de una parte a otra de las cuencas, como la sangre que corre por nuestras venas. Cualquier cambio el movimiento de esas grandes masas de agua tieneun impacto directo en el clima y consecuencias sobre los ecosistemas marinos. Las imágenes captadas por los satélites son claves, pues ayudan a la comunidad científica a conocer mejor esas dinámicas oceánicas en aras de su preservación.

El destello de la luz del sol se refleja en las aguas del Pacífico en esta imagen del Golfo de California tomada desde la Estación Espacial Internacional. 

La península de California, situada en el nordeste de México, penetra en el océano Pacífico, formando una territorio de unos 1.259 kilómetros de longitud. Las aguas del Golfo, también llamado mar de Cortés o mar Bermejo, provocan algunas de las mayores mareas del mundo, aunque atesoran al mismo tiempo una elevada concentración de microorganismos que convierten a sus ecosistemas en un dechado de biodiversidad.

El hielo desde el espacio

En septiembre de 2017 un iceberg de 300 kilómetros cuadrados se desprendió en la plataforma de hielo Pine Island, situado en la Antártida Occidental. 

Solo unas semanas después de que un enorme bloque de hielo bautizado con el nombre de B-44 se desprendiera de la Antártida, se desintegró en unos 20 fragmentos. El satélite Landsat 8 Earth-orbiting de la NASA tomó esta imagen de una de una región relativamente cálida frente al glaciar que podría haber causado la ruptura de aquel fragmento. Las mediciones estimaron que el iceberg se elevaba unos 49 metros sobre la línea de flotación. A aquél siguieron muchos otros icebergs, y es que el glaciar de Pine Island tiene el triste título de ser el que más rápido retrocede de toda la Antártida, convirtiéndose en una gran tragedia ecológica.

La capa de hielo marino en el Océano Ártico se enfrenta a un adelgazamiento nunca antes documentado. 

En el polo norte, la situación es igual de comprometida. En 2019, la capa de hielo ártico alcanzó su extensión máxima en 14,78 millones de kilómetros cuadrados, la séptima más reducida desde 1981. El año 2020 la situación fue todavía peor, pues las temperaturas elevadas registradas esta primavera aceleraron todavía más el deshielo, reduciendo la capa de hielo a niveles mínimos en los últimos 40 años. La iniciativa IceBridge de la NASA ayuda a los científicos a documentar la evolución de la banquisa a partir de imágenes obtenidas vía satélite.

El gran charco de agua derretida sobre el hielo marino de la imagenfue capturado por las cámaras de la NASA en un sobrevuelo sobre el Mar de Beaufort el 14 de julio de 2016. A partir de estas imágenes los científicos elaboraron un mapa con extensión, frecuencia y profundidad de charcas de fusión como estas con el fin de estos para ayudar a calcular las extensiones máxima y mínima de la banquisa.

Las corrientes marinas, autopistas oceánicas

Un mar de nutrientes

En la imagen, dos fuertes corrientes oceánicas desatadas cerca de la costa argentina desataron una colorida mezcla de nutrientes y algas microscópicas flotando en aguas del océano Atlántico. Se debía a una floración masiva de fitoplancton que tuvo lugar el 21 de diciembre de 2010. Los científicos usaron siete bandas espectrales distintas para resaltar las diferencias entre las distintas comunidades de plancton que habitaban en esta franja del océano.

El satélite Sentilen-2A de la ESA captó en 2016 esta imagen de las islas Ambrym, en primer término, y Pentecostés, en la parte superior, del archipiélago de Vanuatu, situado en el Pacífico Sur, a unos 1.700 kilómetros al este de Australia. 

Al observar esta otra imagen de cerca se pueden apreciar las olas rompiendo en la costa de la isla, un acontecimiento más apreciable en las costas orientales. Esta característica es común en aquellas islas azotadas por los vientos alisios, que en el hemisferio sur soplan desde el sudeste hacia el noroeste. Los colores rojizos y pardos que destacan en la parte central de la isla corresponden a lagos de lava que se cuelan entre las nubes. El humo procedente de los dos conos activos se dispersa hacia el oeste en dirección al océano.

Corriente del Golfo

La Corriente del Golfo se emplaza en el denominado giro del Atlántico Norte, un sistema de distintas corrientes que desplaza ingentes cantidades de agua en el sentido de las agujas del reloj. Durante su recorrido, su temperatura desciende gradualmente a medida que libera calor a la atmósfera, elevando un aire cálido responsable del clima templado de muchos de los países por los que discurre. La observación de la Tierra desde el espacio nos ayuda a entender en mayor medida las características de este fenómeno.

En esta imagen tomada por Radiometro de Luz Infrarroja del satélite Suomi de la NASA, las aguas circulan en capas paralelas que cortan las turbulentas aguas de la parte occidental del Atlántico Norte. La corriente, distinguible aquí por el fitoplancton pigmentado que arrastra a su paso, pasa por toda la cuenca de esta parte del océano, desde la Patagonia Argentina hasta Cabo Cod

, en el norte de Estados Unidos.

El generador de imágenes Operational Land Imager (OLI, por sus siglas en inglés), captó esta vista de una floración de fitoplancton cerca de als islas Pribilof. 
 

La zona de color azul claro y verde lechoso la presencia de vastas poblaciones de fitoplancton microscópico, alimento para nutridas poblaciones de peces y aves de la región. Las floraciones en el Mar de Bering aumentan significativamente en primavera, a medida que la fusión del hielo arrastra nutrientes hasta la capa superficial de lo céano, pero decae drásticamente en verano, como consencuencia del aumento de las temperaturas. En otoño, las tormentas pueden devolver nutrientes a la superficie y las aguas más frías favorecen de nuevo la floración.

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