En las laderas boscosas de la montañosa isla griega de Samos, con la niebla matutina arremolinándose alrededor de su pico, emerge la forma inconfundible de un barco de madera tradicional griego: un caique, o kaiki, como el que ha navegado estos mares por cientos de años. Durante siglos, la isla griega de Samos ha sido un importante centro de producción de tradicional de estos barcos; las embarcaciones artesanales vinculadas indeleblemente a la imagen de Grecia. Pero el arte de diseñar y construir estas embarcaciones, hechas completamente a mano, hoy está amenazado. Hoy cada día menos personas encargan botes de madera, ya que los de plástico y fibra de vidrio son más baratos de mantener.