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Doble libertad: Explorar Alaska en autocaravana


Alaska es el estado más grande de Estados Unidos. Tiene una superficie casi dos veces mayor que la de Venezuela pero solo poco más de 720 000 habitantes. De ellos, casi uno de cada dos vive en Anchorage o sus alrededores. El resto del estado está prácticamente despoblado. Como consecuencia, no existe una densa red hotelera en Alaska. Por tanto, nada mejor que viajar en autocaravana para explotar este inmenso espacio solitario.

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Alaska es un estado amable para los campistas. Por todas partes hay junto a las grandes carreteras campings con electricidad y agua. Quien prefiera acampar libremente también puede hacer esto en la mayoría de las regiones del estado. Mientras uno respete a la naturaleza, casi todo está permitido en Alaska, a no ser que uno se encuentre con la autocaravana en un parque nacional.


"Alaska simplemente es único", dice John Grizz, un ex soldado originario del caluroso estado de Georgia. "El Tío Sam me envió aquí y me he quedado. El paisaje es fantástico pero lo mejor es la gente. Ellos son el corazón de Alaska". Grizz ha vivido en muchos lugares diferentes, también en Alemania, pero no cambiaría Alaska por ningún otro lugar: "¡Jamás en mi vida!".

A Grizz le gusta decirles a los turistas extranjeros cuáles son los lugares que deberían visitar y dónde pueden acampar mejor. "¡Olvídate de los campings y escoge la orilla de un lago!". En Alaska hay casi 3200 lagos con nombres y más de tres millones que sólo están numerados en los mapas oficiales. En verano no es fácil acampar para dormir en Alaska. La región está tan al norte que incluso a la medianoche está tan claro como de día.

Acampar libremente alrededor de Mount McKinley, que hoy se llama otra vez Denali, no es del todo sencillo. La montaña más alta de Norteamérica es el principal destino turístico en Alaska. Aun así, el lugar no está invadido de turistas ni siquiera durante el corto verano. Denali, tal como los indígenas llaman a esta montaña, significa "el poderoso".


La mayor parte del tiempo está escondida tras gruesas nubes. "La montaña es tan grande que hace su propio tiempo", dice Gregory Sanoski, de la asociación de pilotos K2, cuyas avionetas rojas llevan constantemente a turistas al monte. Aunque esta excursión cuesta la friolera de 300 hasta 500 dólares, su aparato casi siempre está lleno.


"Lo hago casi todos los días pero todavía no me harto de ver esto", dice Sanoski al referirse al Denali. "Sin embargo, el monte es caprichoso. Uno de cada tres turistas no lo puede ver porque las nubes se pegan a él envolviéndolo casi siempre de forma majestuosa. A la izquierda hay sol, a la derecha hay sol, pero la montaña está oculta".

Quien vuela con Sanoski incluso puede disfrutar de una escala en un glaciar. "En todo el mundo, esto solo existe aquí y en Nueva Zelanda", dice el piloto con orgullo mientras gira la nave hacia la izquierda. A una velocidad de solo 80 kilómetros por hora, la avioneta se desliza hacia el valle y finalmente se posa en el glaciar.

Uno se encuentra en medio de un valle que siempre está cubierto de nieve, flanqueado por montañas de varios miles de metros de altura. La nieve bajo los pies tiene cientos de años y sobre la cabeza se alza el Denali. Sin embargo, el monte no se deja ver. Está envuelto en nubes, desde luego.

A poco más de 200 kilómetros al norte, un viaje de cuatro o cinco horas en la pesada autocaravana, se encuentra Fairbanks. La segunda ciudad más grande de Alaska alberga el Museum of the North, una suerte de museo nacional de Alaska. Pieles de focas y trineos de la población indígena cuentan una historia de muchos siglos. Además están expuestos objetos de uso diario que describen la vida en el extremo norte de Estados Unidos.

Cerca de Fairbanks se encuentra el Polo Norte. En la pequeña ciudad de North Pole vive supuestamente Papá Noel. La oficina de correos navideña más famosa de Estados Unidos contesta cada año 450 000 cartas de niños. En esta localidad se festeja la Navidad durante todo el año.


Nenana está situada exactamente a medio camino entre Denali y Fairbanks. En la confluencia de los ríos Tanana y Nenana viven menos de 400 personas, pero aun así la localidad tiene un museo ferroviario y mucha cultura india. Con sus casas de madera, Nenana tiene un encanto soñoliento.


El invierno es largo en Alaska. En consecuencia, no siempre es fácil acampar en esta región. Las autocaravanas no están bien aisladas e incluso en julio puede hacer frío adentro por la noche. La mayoría de los campings ofrecen corriente eléctrica. Por 20 hasta 40 dólares por automóvil, este servicio muchas veces también incluye el suministro de agua y una ducha caliente.

Mucho más baratos son los campings del estado, pero generalmente en ello solo hay letrinas. Por supuesto, también estos campings ofrecen vistas panorámicas impresionantes, como en todo Alaska, y totalmente gratis.


Información básica: Alaska

Cuándo viajar: La temporada turística en Alaska es corta y va de mayo a principios de septiembre. Desde luego que el invierno también ofrece una experiencia única, pero durante esa época del año están cerradas muchas atracciones turísticas. Además, debido a la cercanía al Polo Norte, durante casi todo el día es de noche.

Alojamiento: Los coches de alquiler en Estados Unidos son baratos pero no así las autocaravanas. Prácticamente es imposible conseguir un coche vivienda por menos de 150 dólares (unos 132 euros) al día. Algunos campings cobran cinco dólares, pero en la mayoría de los casos los precios ascienden a 20 o 30 dólares. Acampar libremente está permitido en casi todos los lugares pero está terminantemente prohibido en los parques nacionales.

Informaciones: Visit Anchorage, 524 W. Fourth Avenue, Anchorage, AK 99501 (Tel.: 001/907/2572363, www.anchorage.net).

Internet: Travel Alaska (www.alaskausa.de), Visit Anchorage (www.anchorage.net), Explore Fairbanks (www.explorefairbanks.com), Denali National Park, (www.nps.gov/dena/index.htm).