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Dos nuevos rayos de récord

Normalmente, los rayos suelen durar unos pocos segundos, pero algunos de estos fenómenos meteorológicos superan este límite, tanto en duración como en intensidad. Recientemente la Organización Meteorológica Internacional, ha detectado dos fenómenos meteorológicos extremos en Estados Unidos y Argentina que han superado todas las marcas documentadas hasta la fecha.

En concreto, el rayo más largo registrado hasta la fecha tuvo lugar el 29 de abril de 2020 en el sur de Estados Unidos. Cubrió una longitud de unos 768 (con un posible error de cálculo de 8 kilómetros arriba o abajo), una distancia similar a la que hay entre Barcelona y Cáceres, mientras que el de mayor duración se desató en una tormenta eléctrica registrada entre Uruguay y el norte de Argentina el 18 de junio de 2020. Este último permaneció en el cielo durante 17,102 (con un posible error de cálculo de 0,002 segundos), según los registros del boletín de la Sociedad Meteorológica Americana.

Un rayo de 800 kilómetros

Según los datos recabados por la propia institución, el megarrayo detectado en Estados Unidos se extendió 60 kilómetros más que el del último récord cosechado hasta la fecha, registrado el 31 de octubre de 2018 en Brasil, mientras que el segundo fenómeno de mayor duración tuvo lugar en marzo de 2019 en Argentina: pudo verse durante un intervalo de 16,73 segundos.

"Los extremos ambientales son mediciones vivas del poder de la naturaleza, así como el progreso científico para poder hacer tales evaluaciones. Es probable que aún existan récords mayores, y que podamos observarlos a medida que mejore la tecnología de detección de rayos", asegura el profesor Randall Cerveny, uno de los encargados de la medición de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos de la OMM.

Puntos calientes de tormentas

Los nuevos récords de descargas se produjeron en puntos calientes de las tormentas del Sistema Convectivo de Mesoescala (SCM), un tipo de supertormenta que pueden afectar a grandes extensiones de territorio y permanecer activa más de 24 horas. Su propia dinámica permite que se produzcan megarrayos extraordinariamente potentes, algunos de ellos documentados recientemente en las Grandes Llanuras o en la cuenca del río de la Plata, en América del Sur.

Ron Holle, destacado especialista en rayos y miembro del comité, señaló que "estos rayos extremadamente grandes y de larga duración no fueron aislados, sino que se produjeron durante tormentas eléctricas activas. Cada vez que se oyen truenos es el momento de ir a un lugar seguro para los rayos".

Los mejores lugares para protegerse de los rayos

Los únicos lugares seguros para refugiarse de un rayo son los edificios importantes que tienen cableado y tuberías, que puedan actuar como tomas de tierra. Cuando caen rayos deben evitarse zonas abiertas, como las playas, o estructuras parcialmente cerradas, como puede ser una parada de autobús. El segundo lugar más seguro es el interior de un vehículo con techo metálico completamente cerrado, como puede ser un turismo, pero no vehículos sin techo, como los quads o las motocicletas. Si uno de estos rayos masivos se encuentra en un radio de 10 kilómetros a la redonda, se recomienda dirigirse hacia el interior de un edificio o un vehículo con techo, pues estos fenómenos pueden recorrer grandes distancias en cuestión de segundos.

El Archivo de Extremos Meteorológicos y Climáticos de la OMM mantiene registros oficiales de los fenómenos masivos asociados a episodios concretos. En la actualidad, recoge los puntos máximos de temperatura, presión, precipitación, granizo, viento y rayos, así como dos tipos específicos de tormentas: los tornados y los ciclones tropicales. Entre los distintos datos, destaca el de los récords de letalidad provocados por rayos en distintas partes del mundo:

  • Impacto directo: 21 personas muertas por un solo rayo mientras se acurrucaban para ponerse a salvo en una cabaña en Zimbabwe, en 1975.
  • Impacto indirecto: 469 personas muertas en Dronka, Egipto, cuando un rayo cayó sobre un conjunto de depósitos de petróleo de un complejo militar en el que se almacenaba hasta 15.000 toneladas de combustible para aviones y otros vehículos.

Tecnología basada en el espacio

Las anteriores mediciones sobre la duración y extensión de estos fenómenos se realizó a través de los datos recogidos por una red de antenas, receptores de GPS y procesadores capaces de detectar la totalidad de rayos que caen en un determinado lugar, un sistema llamado Lightning Mapping Array (LMA por sus siglas en inglés). Sin embargo, muchos científicos especializados en estos fenómenos reconocieron que existen límites máximos para determinar la verdadera escala de estos fenómenos a través de la tecnología de LMA y determinaron que la identificación de fenómenos extremos requerirá de una tecnología que permita una cartografía más extensa sobre regiones más amplias.

Una de las técnicas con mayores posibilidades es la cartografía de rayos desde el espacio, una opción que permite medir la extensión y la duración de estos fenómenos atmosféricos de un modo más masivo. Entre estos nuevos instrumentos se encuentra el Geostationary Lightning Mapper (GLM) de la NASA , responsable del registro de los nuevos récords de iluminación, y sus homólogos: el europeo Meteosat Third Generation (MTG) y el FY-4 Lightning Mapping Imager de China.

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