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El fascinante mundo reproductivo de los anfibios

¿Cómo nacen los anfibios? Querido lector, si usted se está haciendo esta pregunta se acaba de meter de lleno en un auténtico berenjenal. Los anfibios son algunos de los seres que cuentan con un mayor número de estrategias reproductivas. Desde ranas marsupiales como Fritziana goeldii que cargan sus huevos en la espalda y depositan los renacuajos en tallos de bambú, donde las crías completan su desarrollo; hasta huevos que eclosionan con seres completamente desarrollados e idénticos a los adultos, pero en miniatura. Cuando hablamos de la reproducción de los anfibios las posibilidades son tan variopintas como las diferentes configuraciones de un caleidoscopio.

La buena noticia es que un equipo de investigadores de las universidades brasileñas de Campinas -UNICAMP- y São Paulo -UNESP-, resolvieron parcialmente este misterio y publicaron sus conclusiones en el estudio A revised classification of the amphibian reproductive modes, una investigación que recopila décadas de datos para proponer un nuevo y novedoso sistema para clasificar las estrategias reproductivas de anuros -ranas y sapos- salamandras, tritones y cecilias. Así, del trabajo publicado en la revista especializada Salamandra, se desprende que los huevos y larvas de los anfibios pueden desarrollarse de al menos 74 formas diferentes.

Los huevos y larvas de los anfibios pueden desarrollarse de al menos 74 formas diferentes

“La clasificación anterior comprendía solo anfibios anuros y apuntaba a la existencia de 39 variantes reproductivas. Este ya es un número impresionante, y mucho mayor que el de otros vertebrados, como reptiles, mamíferos y aves, pero aún no refleja la enorme diversidad reproductiva de este grupo de animales en su totalidad”, cuenta Luís Felipe Toledo, profesor en el Instituto de Biología de la Universidad de Campinas y coautor del estudio.

Un auténtico Kamasutra anfibio

Para llevar a cabo su trabajo, los investigadores analizaron las estrategias reproductivas de 2171 especies distintas de anfibios, lo que abarca al menos el 80% de las familias de estos animales conocidas en todo el mundo. De entre todos ellos, los anuros, con 7315 especies conocidas y de las cuales 2012 se encontraban representadas en el estudio, son el subgrupo más diverso. Entre ellos se encontró que tenían 71 modos distintos de reproducirse, de los cuales 56 eran exclusivos para la clase.

Pero además de por su diversidad, la gran capacidad de movimiento que exhiben los anuros entre ambientes terrestres y acuáticos es lo que ha conducido al desarrollo de una amplia gama de estrategias reproductivas. Por ejemplo, en varias especies de la familia Pipidae, las hembras cargan sus huevos en el lomo hasta que las crías eclosionan completamente listas para la vida en un ambiente acuático, saltándose la etapa de renacuajo, lo que se conoce como desarrollo directo.

En el caso de las ranas incubadoras o marsupiales -género Fritziana-, las hembras, que son arborícolas, también llevan sus huevos en el lomo, depositándolos en este caso en el agua acumulada los cálices de bromelia o en tallos de bambú. Allí los huevos eclosionan y las larvas terminan de desarrollarse en estos ambientes acuáticos "privados".

Rana de boca estrecha de Matang - Microhyla borneensis

Por su parte, Hylodes japi, una rana endémica de Serra do Japi, en el estado de São Paulo, pone sus huevos en una cámara submarina que construye sobre el lecho de pequeños arroyos. Anteriormente, solo se había visto a los peces hacer algo similar. Y algunas especies como Scinax alcatraz, Microhyla borneensis o Rhinella castaneotica -el sapo Para- anidan en bromelias, plantas carnívoras e incluso cápsulas de nueces de Brasil en el suelo de la selva amazónica.

Diversidad, adaptación y cambio climático

“El estudio tiene impactos en varias áreas, como la historia natural y el comportamiento animal, por supuesto, pero también en nuestra comprensión de la evolución de los anfibios" cuenta Célio Fernando Baptista Haddad, profesor del Instituto de Biociencias de la Universidad Estatal de Sao Paulo, en Rio Claro, y también coautor del artículo. "Creemos que contribuirá a la conservación y la ecología, ya que muestra cómo las especies de anfibios pueden ser dependientes de ciertos hábitats e incluso de ciertas especies de plantas", continúa. "La desecación de un estanque o la extinción de una bromelia, por ejemplo, puede significar el fin de algunas especies de sapos", añade el investigador, también autor de la anterior clasificación de los modos reproductivos de los anuros, publicada en 2005.

Y es que, respecto al cambio climático, algunas especies se adaptan mejor a la hora de desarrollar sus estrategias reproductivas. Por ejemplo, Physalaemus spiniger, una rana endémica de Brasil, cuenta con al menos tres modos de reproducción. Dependiendo de las condiciones locales, desova en estanques, en el suelo del bosque húmedo o en las bromelias. "Esta plasticidad debería ser una ventaja para adaptarse al cambio climático", añade Baptista. "Si los estanques se secan o desaparecen las bromelias, la especie puede sobrevivir cambiando de modus operandi". La mayoría de las especies, sin embargo, solo usan uno de los otros 74 modos y muchas de ellas se consideran amenazadas o en peligro de extinción debido al cambio climático.

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La nueva clasificación se basa en 11 rasgos reproductivos. Por ejemplo, si la metamorfosis se produce antes o después de la eclosión de los huevos, o si los mismos huevos se depositan en nidos de espuma o de burbujas, entre otros. Los huevos pueden desarrollarse en el cuerpo de uno de los padres o pueden depositarse en entornos acuáticos, como ríos, arroyos, estanques, lagos y cálices de flores o plantas, o entornos terrestres, como rocas, laderas e incluso montículos de termitas.

Las especies de Brachycephalus son sapos diminutos, a menudo amarillos y anaranjados. Tienen solo tres dedos en cada pie y dos en cada cada mano.

El modelo también considera el sistema de alimentación de la progenie. Por ejemplo, las cecilias Boulengerula taitanus y Siphonops annulatus, alimentan a sus crías con su propia piel. “La diversidad del modo reproductivo es el resultado de presiones selectivas como la competencia y la depredación”, comenta Toledo. “Un estanque es un entorno muy peligroso lleno de depredadores como peces, larvas de libélulas y otros renacuajos carnívoros. Cuando una especie puede desovar fuera del estanque, en una hoja que cuelga, por ejemplo, los huevos pueden escapar de todos estos depredadores acuáticos y los renacuajos caen al agua cuando están listos para enfrentarse al mundo".

Algunas especies también se saltan la etapa larvaria y nunca abandonan la tierra firme durante su ciclo de vida. Es el caso algunos representantes de la superfamilia Brachycephaloidea, la cual comprende más de 1.100 especies, incluido el sapo calabaza, Brachycephalus rotenbergae, y donde la mayoría de los representantes de la familia son desarrolladores directos, es decir, las crías nacen como adultos en miniatura, listas para vivir en el suelo del bosque.

A la luz de esta diversidad y sus constantes descubrimientos, los investigadores son conscientes de que los resultados del estudio no son definitivos. Muy al contrario, el trabajo es una puerta abierta a nuevos descubrimientos y descripciones de métodos reproductivos no solo en anfibios, sino también en otros vertebrados. La idea es que el sistema próximamente empiece a incluir peces, reptiles, mamíferos y aves en este tipo de clasificación, y que en el futuro se agreguen nuevos grupos y modos de reproducción.

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