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La “playa de los cerdos” en Bahamas, ¿paraíso de vacaciones?

Aguas cristalinas, arena blanquísima y una piara de 20 cerdos salvajes es lo que ofrece el cayo Big Major, en el distrito de Exuma, en las Bahamas. Esta playa paradisíaca, en la que tan solo habitan cerdos, cabras y gatos asilvestrados, es uno de los últimos destinos favoritos de los amantes de los selfies.

En medio el océano Atlántico, este paradisíaco lugar está rodeado por otras 364 islas, cada cual con las aguas más azules y las arenas más blancas. Pero es el cayo Big Major el más visitado gracias a sus particulares habitantes, tan acostumbrados a la presencia humana que no dudan en pedir comida a los visitantes. En este cayo no se puede pernoctar y cuenta con tres manantiales de agua dulce que hacen posible la vida de los cochinos y sus demás habitantes.

La llegada

En cuanto a la aparición de los gorrinos, existen varias teorías. Una de ellas dice que fueron unos marineros holandeses los que abandonaron allí a los cerdos para comérselos a la vuelta de su viaje. Los marineros nunca regresaron, y los cerdos permanecieron en la isla. La segunda de las teorías afirma que, en realidad, los marranos sobrevivieron a un naufragio y llegaron a nado hasta cayo Big Major. Por último, la tercera de las hipótesis asegura que estos animales no son más que un plan de marketing cuya finalidad es aumentar el turismo en las Bahamas.

No se sabe cual es la cierta, pero lo que sí es verdad que los cerdos viven en la playa y que se alimentan gracias a los turistas que no paran de llegar a la búsqueda del selfie perfecto con uno de estos cerdos. Antes de ellos, dicen que se alimentaba de restos de otros animales y algunas plantas.

Voces discordantes

Pero no todo es tan paradisíaco en esta playa, o al menos para los cerdos, según algunas voces discordantes. Hay quien aseguran que algunos turistas no tratan bien a los marranos y no dudan en cogerlos y manipularlos de manera incorrecta para conseguir la pose adecuada para su deseado selfie e, incluso, en darles alcohol.

Para evitar estas situaciones, el gobierno de Bahamas está planeando regular el acceso a la pequeña isla para controlar así la afluencia de turistas y el trato de estos hacia los cerdos, asegurando su bienestar a través de algunas medidas de seguridad en el propio cayo.