Rudyard Kipling escribió que las manchas del leopardo eran las huellas dejadas por los dedos de un humano para ayudar al felino a camuflarse en la selva. William Allen, de la Universidad de Bristol, ha optado por las técnicas digitales para descifrar los mecanismos de camuflaje de este y otros félidos. Tras comparar sus fotos con modelos matemáticos de los dibujos que forman las manchas en la piel del animal, Allen y su equipo han concluido que la complejidad de muchos diseños está relacionada con el hábitat. Los felinos con manchas son típicos de entornos cerrados, como los bosques; los de pelaje liso suelen habitar zonas abiertas. El comportamiento también influye. Cuanto más tiempo pasan en los árboles y más activos son de noche, por ejemplo, más elaborado parece ser el dibujo. "En períodos de tiempo relativamente breves -desde un punto de vista evolutivo-, los felinos pueden cambiar de dibujo con facilidad" explica Allen." Quizás en el futuro veamos un leopardo a rayas y un tigre con manchas".