SI TIENES PROBLEMAS PARA REPRODUCIR!

Ilustración 1MABARADIO

 Haz click Aquí.

 

O contigo o sin ti

Aunque normalmente se reproducen de forma sexual, es decir, mediante cópula y con la combinación de los genes del padre y de la madre, a veces las hembras de algunos animales procrean sin que sea necesario contacto alguno con un macho, y tiempo después vuelven a hacerlo sexualmente. Es lo que se denomina partenogénesis facultativa, «un tipo de reproducción asexual que se da según las necesidades y condiciones particulares del medio ambiente», explica Adolfo de Sostoa, ictiólogo y profesor en la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona.

En los vertebrados es un hecho muy poco frecuente y, por tanto, muy difícil de observar en animales en libertad. Sin embargo, hace unos años unos científicos estadounidenses pudieron comprobar que las hembras del pez sierra de dientes pequeños (Pristis pectinata),una especie de elasmobranquio –como los tiburones y las rayas– de tamaño considerable y muy amenazada, practican esta curiosa forma de reproducirse. Al menos en aguas de Florida, donde lo descubrieron mientras hacían estudios genéticos de esta especie oriunda de los fondos de aguas cálidas y tropicales, de la que hoy solo subsiste un 5 % de los ejemplares que había a principios del siglo XX.

Hasta un 3 % de los peces que estudiaron resultaron ser fruto de esta partenogénesis facultativa que desencadenan ciertos factores químicos, ambientales o biológicos. En concreto, los investigadores localizaron siete crías de este tipo en perfecto estado de salud, un hecho inusual porque estos animales suelen morir debido a la pobreza genética de su ADN. Esta es la desventaja asociada a la partenogénesis, mientras que por otro lado, añade Sostoa, permite asegurar la supervivencia de la especie en ausencia de machos. «Se puede dar en poblaciones muy reducidas, donde los apareamientos son difíciles, y en condiciones ambientales drásticas o extremas», dice. Todo indica que este fenómeno es más común en la naturaleza de lo que hasta hoy se ha podido comprobar.

Este artículo pertenece al número de Marzo de 2022 de la revista National Geographic.