Sangre roja brillante goteaba de su hocico: sangre oxigenada, lo que indica que su presa, un desafortunado ñu, todavía estaba viva. Un solo león puede derribar a un animal del doble de su peso. Estos generalmente se abalanzan sobre sus presas y las desplazan en cualquier dirección que les permita llevar sus fauces lo antes posible a la garganta o la nariz de los animales, a los cuales se aferran firmemente hasta que la víctima ya no puede causar lesiones con sus cuernos o pezuñas. Sin embargo, todavía inexperta, la joven leona no había dado al animal una muerte limpia y había comenzado a comerlo mientras aún se debatía con la muerte. Después, con una pata sobre su trofeo, la felina dedicó a Lara Jackson, autora de esta fotografía, una mirada intensa.

Más de dos millones de ñus se desplazan por el norte del Parque Nacional Serengeti de Tanzania en su migración anual en busca de pasto más verde, proporcionando a los leones del lugar un exceso estacional de alimentos. Lara había visto a la leona justo cuando se abalanzó hacia su presa. La principal estrategia de caza de los leones es el acecho, pero esta felina estaba descansando en la hierba alta cuando el ñu pasaba por allí. "Estaba bastante llena", explica Jackson, "probablemente se alimentó la noche anterior, pero aprovechó la oportunidad de obtener un bocado fácil".

_{Esta fotografía forma parte de una preselección de fotos elogiadas en el prestigioso certamen de fotografía de naturaleza Wildlife Photographer of the Year, organizado por el Museo de Historia Natural de Londres, y cuyos ganadores se darán a conocer el próximo 12 de octubre de 2021.}