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Tras el rastro de las mariposas

¿Dónde pasan el invierno las mariposas de la especie Vanessa cardui, llamadas comúnmente carderas o bellas damas? Eso es lo que el entomólogo Gerard Talavera, junto con su colega Roger Vila, se ha dedicado a averiguar persiguiéndolas sobre el terreno gracias a la beca que ha recibido de National Geographic.

Estas bellas damas se hallan distribuidas por todo el mundo a excepción de América del Sur y la Antártida. Pero las localizaciones donde pasan los inviernos son un misterio en toda su área de distribución, también en lo que concierne a las poblaciones europeas. Se sabía que migraban hasta el desierto del Sahara, pero una vez allí desaparecían del mapa.



Para resolver el misterio, Talavera y Vila viajaron tras el rastro de estos lepidópteros hasta la región del Sahel y las sabanas tropicales, que se encuentran más al sur. Suponiendo que debían de estar en algún lugar del África tropical, rastrearon zonas de Chad, Benín, Senegal y Etiopía, donde encontraron grupos muy numerosos: en una hectárea llegaban a congregarse hasta 20.000 ejemplares.

La migración de las mariposas

A raíz de este descubrimiento se ha podido constatar que V. cardui , cuya en­­vergadura es de unos siete centímetros, puede realizar viajes migratorios de hasta 4.000 kilómetros. La mariposa cruza Europa procedente de diversos puntos del norte del continente y, tras salvar obstáculos como el mar Mediterráneo, las montañas del norte de África y el desierto, llega a su destino, colonizando la franja tropical africana, donde se reproducirán varias generaciones. Recientemente los investigadores han podido demostrar que en primavera regresan a Europa: el misterio del ciclo migratorio ha quedado resuelto.

Estas mariposas puede realizar viajes migratorios de hasta 4.000 kilómetros.Tras salvar obstáculos como el Mediterráneo, llega a su destino, colonizando la franja tropical africana.


«Se trata de la migración continua de mariposas más larga registrada hasta la fecha», asegura Talavera, investigador del programa de becas Marie Skłodowska-Curie de la Unión Europea en el barcelonés Instituto de Biología Evolutiva, un centro mixto de la Univer­sidad Pompeu Fabra y el CSIC.
El entomólogo empezó a estudiar en profundidad los patrones migratorios de Vanessa cardui hace ya seis años. «La especie me sirve como modelo para encontrar respuestas de ecología, genómica, genética de poblaciones y comportamiento», dice.

Viaje a África

Antes de partir hacia África, Talavera y Vila diseñaron un programa infor­mático que les fue muy útil para poder determinar qué lugares resultarían más hospitalarios a estas mariposas. «Los animales migratorios son especialmente difíciles de estudiar; todavía más lo son los insectos, en concreto estas ma­­­riposas, capaces de volar a altitudes su­­­periores a los 1.000 metros», añade. Un aluvión de datos que este investigador tendrá en su haber para cartografiar con detalle los movimientos de V. cardui.

«Queremos estudiar la variación temporal de abundancias de cría y migración a lo largo del año, estableciendo una red de puntos de monitorización en varios países africanos», informa Talavera. También estudiarán las características de los lugares de cría masiva y trabajarán con las autoridades locales en planes de conservación y ecoturismo específicos para el fenómeno migratorio de insectos. Ahora el entomólogo está poniendo en marcha una campaña con la colaboración ciudadana para organizar una red de observadores en todo el mundo que se dedique a localizar ejemplares de esta mariposa tan común y, a la vez, tan extraordinaria.