La silueta de varios trabajadores se recorta contra el interior de un colorido globo aerostático mientras revisan si la tela está dañada. Los globos acababan de aterrizar después de llevar entre 8 y 16 turistas para ver el impresionante amanecer sobre las formaciones rocosas de las chimeneas de hadas en la Capadocia, Turquía. Tras cada vuelo, alrededor de 6 trabajadores pasan media hora revisando las cuerdas y los puntos clave del globo como parte del protocolo a seguir antes de que el artefacto vuelva a volar.